Todos los medios se hicieron eco de la “talentosa” –por nocturna- retirada de la última estatua de Franco en Madrid. Y claro ya se ha montado la de San Quintín, la algarada general y ha aparecido otra vez la incontinencia verbal de alguno para seguir con la moda. Miren, a mi de todo esto lo que mejor me sienta –que manda narices- es la forma con la que se lo tomó Sabina, que en unas declaraciones nocturnas en estado claro de embriagadora-alegría-menopéica dijo:"Ehsta fien que no ehste". Un crack –léase sin doble intención-, pero no tanto como una chica entrevistada en Santander, donde una de la efigies del dictador se alza sin complejos, y que al ser preguntada si debían retirarla de su ciudad pues pásmense que no sabía que era Franco, y bien debía tener sus treinta y tantos. En principio tal ignorancia me hizo penosa gracia pero gracia al fin y al cabo, luego comentándolo con un amigo profesor de instituto me hizo reflexionar y es que puede resultar que la gente más joven vea esto como "batallitas de mayores que ya sólo importa a muy pocos"... y claro eso hace pensar.
Ejemplo al parecer dio Santiago Carrillo el día de su 90 cumpleaños cuando su único deseo esa noche era que el líder de la única derecha reformista de la historia de este estado hasta la fecha recuperase la razón o entiendo yo que todos recuperásemos la razón que mostró Alfonso Suárez en la transición. En fin que hay talantes que sólo son talantes y no políticas. Que gran ejemplo.
Últimos comentarios